Este 29 de octubre es el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, un complejo cuadro de salud que afecta globalmente.
Más de 12 millones de personas al año sufren esta afección en el planeta. En Chile, la incidencia alcanza 121 casos por 100 mil habitantes y es la segunda causa de muerte.
El tema de fondo, además de estas cifras, son el 60% de los supervivientes, que quedan con algún grado de discapacidad tras un año del evento. Es la enfermedad que más personas en dicha situación deja en el país.
La rehabilitación es una labor multidisciplinaria y compleja. En este contexto, nació Umov. La empresa penquista fundada en 2018 desarrolló ALBA, un dispositivo que colabora con la rehabilitación motriz y cognitiva de los pacientes con un accidente cerebrovascular. Clínicamente, potenciará y acelerará el trabajo de kinesiólogos y terapeutas a nivel nacional.
Pamela Salazar, directora ejecutiva de Umov, reveló que la idea surgió tras conocer a una persona que, por falta de rehabilitación oportuna, quedó discapacitada permanentemente. “Esa historia nos marcó profundamente. Nos dimos cuenta de que miles de personas viven lo mismo, y quisimos crear una herramienta que complementara el trabajo de los profesionales de la salud, para que ningún paciente volviera a quedar atrás”.
ALBA no es casualidad. El nombre es por la primera luz previa a que el sol salga. Cuando alguien sufre un accidente cerebrovascular, pierde independencia y los pacientes lo describen como irse a negro. “Queríamos que ALBA fuera esa luz en la oscuridad, una esperanza en el camino de la recuperación”, señaló.
Proyecto de rehabilitación de accidente cerebrovascular también podría servir a otras patologías
Umov fue una tesis universitaria. Su éxito, por lo que vemos, ha sido tal que terminó siendo una empresa de tecnología a nivel nacional. Con el apoyo estatal de la CORFO, el emprendimiento se validó clínica y técnicamente. ALBA es un producto seguro y probado, que recorre el país con una campaña de acercamiento y difusión de sus funciones y ver cómo impacta para recuperar a los pacientes.
El capital innovador bien hecho y diseñado puede cambiar el mundo. El dispositivo originalmente se enfocaba en pacientes de accidente cerebrovascular o traumatismo encéfalo-craneano. No obstante, los estudios y experimentación muestran eficacia para tratar la enfermedad de Parkinson, Alzheimer y lesiones musculoesqueléticas en mayores de 6 años.
“El objetivo de Umov es que en cada rincón de Chile haya un dispositivo ALBA. Queremos eliminar las barreras económicas y geográficas para acceder a tecnología de rehabilitación. Soñamos con un futuro donde existan centros propios de Umov, donde se combine la terapia, la innovación y la investigación clínica”, destacó la directora de Umov.
Roberta Lama, directora del Comité Corfo Biobío, valoró que “Pamela es el reflejo de luchar por un convencimiento que parte con una tesis y se materializa con vinculación con el ecosistema, con su equipo, colaboración con otros emprendedores en un mundo de empresas de base científica tecnológica que es dominado principalmente por hombres”.
“Además, ella estudió una carrera fuera de la salud, y su trabajo ha logrado importantes avances gracias a la constante formación y conexión con los pacientes”, agregó. Más que tecnología, Umov humaniza el poder de crear y mejorar la calidad de vida.

