Este 2 de diciembre es día de luto y tristeza regional tras el fallecimiento del locutor radial Juan Antonio Rojas Morales, conocido como Cachirupi.
El histórico comunicador ha partido tras una dura lucha contra una enfermedad. La noticia fue confirmada en las últimas horas por su familia y su familia laboral, la radio Punto7, donde su voz resonó por décadas.
Quien en vida fue el rey de los mangoneaos fue, es y será un ícono para las comunicaciones en el Biobío. Oriundo de Coronel, el rubio, musculoso y de ojos intensamente azules, fue deportista y maestro chasquilla (el que las hace todas) en su juventud.
En 1974, y por “pensar distinto” como calificó él mismo, se exilió a la Argentina, donde estuvo tres años. De allá se trajo mejoras a su ya existente talento musical y el apodo de Cachirupi, nombre de un ave trasandina chacotera y juguetona. De ahí, el resto es historia.
En la década de los 80′ ingresó a las comunicaciones de lleno. Tras pasos por radios locales, trabajó en la radio El Carbón de Lota, donde mineros, choferes y dueñas de casa lo oyeron desde 1986. Luego de cambiar de casa radial, la Punto 7 se transformó en su hogar desde fines del siglo.
Con su imaginación y enorme capacidad, generó una mitología en torno a sus relatos y trabajo. Desde su esposa, “la Injusta”, hasta su incursión como candidato a la alcaldía de Jurelillo con el número Z-4. Sus frutos creativos trascienden y trascenderán en la historia de nuestro pueblo.
En el pasado mes de agosto, la Municipalidad de Coronel le homenajeó con el máximo galardón de una ciudad. El Cachirupi, ejemplo del esfuerzo de la cuenca del carbón, fue declarado Hijo Ilustre.