Después de casi dos años de la apertura de la carrera de Teatro UdeC, realizamos un balance de los logros y desafíos de los artistas.
La enseñanza pedagógica de las artes escénicas nació en 1945 con el antiguo Teatro de la Universidad de Concepción, compañía que duró hasta 1973, cuando los dominadores de la casa de estudios en la realidad dictatorial decidieron clausurarla.
En 2024, de forma oficial, la Universidad de Concepción abrió oficialmente la carrera de Teatro. Tras décadas, las tablas comienzan a reconocerse como un ámbito de estudio.
Junto con las admisiones especiales, ya cuentan con 80 estudiantes entre el primer y segundo año, que son las únicas dos generaciones. La apertura de la carrera dobló las vacantes este año.
Conversamos con sus propios protagonistas, que coincidieron en que la inauguración de la iniciativa nació de la necesidad de ampliar la Facultad de Humanidades y Arte y el deseo de reconocer el teatro.
La directora del Departamento de Español, Patricia Henríquez Puentes, trabajó activamente en la difusión. Por medio de publicaciones literarias, destacó la importancia histórica del Teatro de la Universidad de Concepción (TUC) y una carrera de dicho ámbito para la universidad.
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Los desafíos de Teatro UdeC en sus primeros años
Sin embargo, el inicio de la construcción de una carrera trae sus virtudes y dificultades, tanto para los alumnos como para los docentes.
En primer lugar, los estudiantes no tienen una “generación a la que acudir”. No hay una historia de la que puedan sostenerse: están construyendo algo nuevo. Y eso es bueno y malo.
El jefe de carrera de Teatro UdeC, Sebastián Chandía, explicó a Sala de Prensa que es todo un desafío instalar principios éticos con un equipo académico compuesto por tres docentes. “Es una carrera que, en general, requiere de madurez”, dijo.

Para eso, es común que colaboren con otros artistas de la región para ampliar las enseñanzas que les dan a los estudiantes. Esto en búsqueda de “enriquecer las artes escénicas locales y nacionales, con un enfoque territorial, comprometido con la comunidad”.
Para terminar, nos adelantó que los estudiantes de Teatro UdeC tendrán una nueva prueba ya entrados en diciembre, que involucra las habilidades creativas y técnicas que están adquiriendo en la carrera. Esto es su primera “creación autoral”, un certamen que seguro los desafiará. Al menos, por primera vez en la historia.
De este modo, quien está al mando de los destinos teatrales del Biobío sostiene la esperanza de forjar el potencial de estos nacientes artistas escénicos. “Estamos seguros de que hay un horizonte al cual proyectarse, o mejor aún, un paisaje que debemos aprender a habitar en conjunto”, lo que da espacio a un aprendizaje mutuo y enriquecedor.

