La educación emocional es uno de los ámbitos menos desarrollados en los establecimientos educacionales, y el Sello de Educación Emocional busca cambiarlo.
El Sello de Educación Emocional se le otorga a las instituciones que entregan enseñanzas socioemocionales. Eso no es todo. Con este reconocimiento se acredita que se imparten prácticas pedagógicas y didácticas que incluyen a la familia y a cada estudiante. En este contexto, una institución de San Pedro de la Paz lo obtuvo este año por la Fundación de Educación Emocional (FLICH).
Se trata del Colegio Instituto San Pedro, que incorporó el mundo emocional en el aprendizaje. Esto, en base al estudio de El papel de la educación emocional en el desarrollo de habilidades sociales y el bienestar de los estudiantes, mejora la empatía y la comunicación de los alumnos. “Establece bases sólidas para un desarrollo humano integral”, concluye la investigación. Este tipo de educación “puede ser una herramienta preventiva para abordar problemas emocionales y de salud mental entre los estudiantes”.
Aprender a autorregular el estrés y las emociones no solo mejora el bienestar emocional, sino también el rendimiento académico. Un dos por uno. Es por eso que este es uno de los proyectos que busca incitar a la solidaridad y empatía.
El futuro del Sello de Educación Emocional
No es la primera vez que este reconocimiento se entrega en el país. El año pasado lo recibió Melipilla, una comuna de la Región Metropolitana, en diciembre.
Según el Doctor en Pedagogía y Educación y líder de esta iniciativa, Arnaldo Canales, “las familias no eligen un colegio solo por sus resultados académicos, sino por la calidad de ser humano que ese colegio ayuda a formar”. Es así que el sello se convierte en una distinción para los establecimientos, lo que se traduce en más matrículas y apoyo de los apoderados.
La Fundación de Educación Emocional no se quedará hasta allí con los sellos. Próximamente se espera una entrega a un colegio de Antofagasta y, lo que es novedoso e histórico, a una institución de educación superior. Aunque Chile no es el único objetivo. Las proyecciones también incluyen expansiones hacia otros países, tales como Bolivia, México, Colombia y Argentina.
“Esto refleja que el sello no es solo un reconocimiento, sino un movimiento educativo regional que busca transformar la manera en que entendemos y vivimos la educación”, cerró Canales.