Presión y protesta social tienen resultados: dan pie atrás a decisión de talar araucarias por obras de carretera en La Araucanía

Araucarias
Araucarias | Foto: Ladera Sur

Debido a la presión popular y ambientalista, 96 araucarias se salvaron de ser taladas para un proyecto vial en La Araucanía.

Las obras de mejoramiento de la ruta R-95, entre Liucura e Icalma, comuna de Lonquimay, involucraba el corte de los árboles. Misma acción a tomar en el tramo Icalma y Melipeuco, de la ruta S-61. En dos tramos, se talarían 39 (entre Liucura e Icalma) y 57 araucarias (entre Icalma y Melipeuco) respectivamente. Todo esto, autorizado por las resoluciones 594 y 595 de CONAF.

La lógica de las obras era, más o menos, la misma de todas las mejoras viales. Reasfaltar, mejorar la conectividad y fomentar la actividad turística. Sin embargo, la repavimentación afectaría a las araucarias, Monumento Natural y “en peligro” según el Ministerio de Medioambiente y la IUCN, Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Además de las 96 araucarias, más de 1.700 árboles adicionales sufrirían daños. En compensación, se plantarían 3.648 brotes de araucaria en la Reserva Nacional Alto Biobío. Sin embargo, no reemplazarían el valor ecológico de los ejemplares talados, de varios cientos de años.

Las araucarias son, precisamente, demasiado lentas para crecer: en promedio, tardan 25 años en florecer por primera vez y el ejemplar más antiguo detectado en Chile tiene 1.021 años. Más o menos lo que demoran las obras públicas en construirse. Además, debió hacerse una consulta indígena a las comunidades mapuche-pehuenche, que consideran sagrado al árbol. Claramente, no se hizo.

MOP Araucanía: “No vamos a permitir que se talen araucarias”

Sin embargo, en horas de este lunes, la historia giró radicalmente. La presión de comunidades locales, personas comunes y organizaciones ambientalistas lograron detener las obras de mejoramiento de la ruta S-61. La cancelación de los trabajos vino desde las autoridades en Temuco.

“No vamos a permitir que se talen araucarias para construir un camino”, afirmó Patricio Poza, seremi de Obras Públicas de La Araucanía. El jefe de la cartera aseguró, además, haber instruido a Vialidad frenar el diseño propuesto. En su lugar, retomarán el trazado original, que sí tuvo trabajo con las comunidades y no cortaba ninguna araucaria.

La misión de CONAF, accesible en su web, reza claramente lo contrario a lo que pasó aquí. Entre otros objetivos, considera su misión “garantizar la conservación, restauración y el manejo sustentable de los ecosistemas boscosos […], mediante acciones destinadas a la conservación, manejo de ecosistemas, monitoreo y arborización”.

La decisión de no perseverar es valorable. Pero, pensemos en lo que nos trajo aquí. ¿En qué mundo hace sentido que la Corporación Nacional Forestal considere aceptable un proyecto donde se tendría que cortar un Monumento Natural? No uno, 96 de ellos.