Tanta cosa que inventan de días y celebraciones, el Día del Gato acaba de tomar lugar. Uno de los tantos días a los gatos, cabe decir.
La fecha se conmemora en el 8 de agosto desde 2002. En ese año, el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por sus siglas en inglés) determinó la fecha para promover su cuidado y protección de esta mascota y animal de trabajo tan popular.
Y en Chile tampoco estamos lejanos a ellos. Las cifras de la Subsecretaría de Desarrollo Regional en 2022 cifran en 4.176.029 los gatos con dueño. Esto, claramente, debe haber cambiado desde ese año y, con seguridad, infrarrepresenta la cantidad de felinos.
Todos conocemos alguien que tenga gato, o incluso, tenemos uno. Sarita, por ejemplo, la gata de este editor. Otras veces, cual miembro de la familia, sentimos su fallecimiento. Como la gata de mi prima, Chuca, que nos dejó el miércoles. En esencia, forman parte de nuestra historia.
Y como forman parte de nuestra historia, recordaremos un momento histórico donde los gatos pasaron a la historia en Chile: la Guerra del Pacífico.
Para tener la fuente directa, contactamos con los que saben. Marcelo Villalba Solanas, director del Museo de la Guerra del Pacífico “Domingo de Toro Herrera”, colaboró para la confección de esta nota. En dicha organización, se rescata de forma única en Chile la historia de este importantísimo periodo histórico.
Carlos Aldunate, el teniente de los gatos
La fuente de la historia es la biografía de Carlos Aldunate, escrita por Benjamín Vicuña Mackenna en el tomo I del “Álbum de la Gloria de Chile”, en las páginas 263 a la 270. Nieto del general de inicios del siglo XIX, José Santiago Aldunate, fue a la guerra junto a sus dos hermanos. Uno de ellos es Roberto, el teniente de los gatos.
Roberto Aldunate nació el 4 de enero de 1859. Estudió en Valparaíso y en el Instituto Nacional, de Santiago. A los 13 años, ingresó a la Academia Militar y se destacó académica y artísticamente. Se le nombró subteniente abanderado del 4° de Línea el 16 de diciembre de 1876.
Inició la Guerra del Pacífico y tocó el deber de la patria. Pasó de estar en infantería a artillería, donde se desempeñó en Pisagua y San Francisco. Cuando el Ejército se movió de Pacocha hacia Moquegua y Tacna, en lo que hoy es Perú, el entonces alférez Aldunate ascendió a teniente y terminó cuidando el paquete de artillería. Sin embargo, no estuvo solo.
A continuación, el testimonio según Vicuña Mackenna
“El teniente Aldunate no se hallaba, sin embargo, enteramente solo en su destierro de Ilo. A fuer de artista i de niño, había logrado disciplinar un verdadero rejimiento de gatos, de los muchos que la fuga de los moradores del valle i del pueblo había dejado errantes, perdidos i hambrientos. Acordándose probablemente de la beata de Santiago, conocida de su familia, ‘que hacía hablar los gatos’, el aburrido teniente compartía con éstos su ración i teníalos a sus órdenes haciéndolos ejecutar a su voz mil acompañadas evoluciones.”
“Un día perdió, más por sorpresa que en leal batalla, uno de aquellos singulares reclutas, i su aflicción fue grande. “Hoi se metió, -escribía el 27 de abril,- un perro aquí, i me mató un gatito; esto me ha hecho sufrir grandemente; era uno de los más regalones. Le he hecho un solemne entierro”.
“Así eran esos queridos niños, gatos juguetones de la materna alcoba, que la muerte ha trocado en héroes.-Jugando a los gatos se preparaban para el último i supremo holocausto del enemigo de la Patria i al suyo propio”, cierra el texto. El teniente Roberto Aldunate falleció el 26 de enero de 1881 a causa de una herida mortal, que le destrozó todo el brazo derecho.
Y así termina su historia. La historia de un honorable soldado y su relación con los gatos. Desbordando humanidad, no como otros soldados chilenos…