Asmar, en su misión soberana y estratégica nacional, está preparando a todo babor el ambicioso proyecto Escotillón IV.
Esta iniciativa de los Astilleros de la Armada es clave para modernizar la flota e industria naval chilena. El Escotillón IV espera producir de forma eficiente buques multipropósito para los mares nacionales. La primera fase consta de la elaboración de dos nuevos buques, por 409 millones de dólares.
El primer buque avanza como avión, jugando con las jergas de medios de transporte. El porcentaje es tan avanzado que se proyecta su botadura al mar para 2026. La segunda nave, en tanto, iniciará este segundo semestre de 2025 y debería entregarse en 2030.
Sobre el proceso, Capitán de Corbeta, Sebastián López, lidera las obras. Para la web interna de Asmar, indicó que el Escotillón IV avanza en materias de instalación de los “equipos principales como motores y generadores, y en paralelo hemos estado instalando componentes menores. También se están haciendo los trabajos de outfitting a bordo del buque para luego comenzar con toda la instalación que conlleva todo lo relacionado a habitabilidad, paneles, aislación, piso, mobiliario, etc.”, señaló.
La importancia del Escotillón IV para el futuro del Biobío
Javier Sepúlveda, seremi de Economía, explicó que los buques del proyecto Escotillón IV “se están fabricando en un 100% en instalaciones de Talcahuano y eso genera una demanda intensa en distintos recursos, no solo físicos como el acero, por ejemplo, sino que también recursos de conocimiento puesto que aquí se demandan oficios altamente especializados con capital humano altamente avanzado”.
“Es positivo que tengamos en la Región esa capacidad de generación de ideas e ingeniería y de conocimiento que permiten desarrollar este tipo de embarcaciones que implican un amplio desafío”, resaltó el jefe de la cartera. Sobre los puestos de trabajo, estos ascienden a “mil personas entre directos e indirectos de todos los oficios”.
Hasta los gremios valoran el desarrollo del Escotillón IV. Álvaro Ananías, presidente regional de la CPC, consideró que “esta iniciativa posiciona a Biobío como un referente nacional e internacional en construcción naval y desarrollo tecnológico, especialmente en el proceso de modernización de la flota de nuestro país. Promueve un encadenamiento virtuoso con empresas y pymes del Biobío”, sentenció.