Familias de niños con metales pesados en Coronel: “Las promesas jamás llegaron”

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Termoeléctrica Bocamina, Coronel | Foto: Raphael Sierra

2016 y se reveló una amarga información en el Biobío: exámenes determinaron decenas de niños con metales pesados en Coronel.

Los estudios toxicológicos arrojaron concentraciones anormales de metales en la sangre de los coronelinos, muchos de ellos menores de edad. La comuna ha sufrido una histórica presión industrial y la contaminación excesiva y concentrada es una posibilidad al vivir en una zona de sacrificio. Esto, por supuesto, trajo trágicas consecuencias para la población.

Toda persona merece buena salud como parte de sus necesidades básicas, garantizada incluso como un derecho humano. A algunos coronelinos, sin embargo, se les quitó desde una edad muy temprana.

Exámenes toxicológicos del año 2016, 2018 y 2019 mostraron concentraciones anormales de metales pesados en el organismo de las personas, muchos de ellos menores de edad. Se repetían el arsénico, níquel y mercurio, tóxicos y venenosos.

Dentro de los circuitos industriales, estuvieron por décadas inmersas las termoeléctricas Bocamina I y II. Tras la presión ciudadana y local, ambas plantas de energía cerraron los años 2020 y 2022. Pese a esta medida, aún no ha sido suficiente para mitigar el daño provocado durante tantos años.

Alrededor de 50 las familias más perjudicadas no recibieron la atención necesaria. Tampoco les llegaron soluciones para su futuro y, por más que se movilizaron, fueron dejadas en completo abandono.

Termoeléctica Santa María Coronel
Termoeléctica Santa María Coronel | Foto: Raphael Sierra

Actualmente nos preguntamos cómo están los infantes afectados. Los niños son el rango etario más expuesto a sufrir daños considerables. Es más, en la etapa de desarrollo, el cuerpo es especialmente afectado por los agentes contaminantes.

Columpios en un parque de Coronel con la Termoeléctrica Santa María de fondo
Columpios en un parque de Coronel con la Termoeléctrica Santa María de fondo | Fotografía: Pía Alegría – Sala de Prensa

¿Qué pasó con los niños con metales pesados de Coronel?

Juana Hernández es la presidenta de la Agrupación de Familias con Metales Pesados de Coronel. La dirigente comentó que las autoridades los escuchan solo en momentos de campaña política.  Además, las promesas del momento, como una contramuestra del examen toxicológico y el supuesto seguimiento a los afectados, jamás llegaron.

Actualmente, sus hijos afectados tienen 17 y 19 años, y ella vive con el constante miedo de las enfermedades graves que pueden desarrollar en un futuro cercano. Juana sufre de gastritis, vesículas y otras afecciones más graves relacionadas con el estómago, que pueden relacionarse con la contaminación con metales pesados.

La líder comunitaria asocia los resultados obtenidos en los exámenes con el déficit atencional que sufren muchos niños del sector. En este listado, está incluida una hija de ella, que forma parte del Programa de Intervención Especializada por sus problemas para retener información.

Además, aseguró que enfermedades pulmonares y diferentes tipos de cáncer han tenido un gran crecimiento en su comunidad. La última respuesta que recibieron las familias del gobierno fue hace alrededor de cuatro años. Tras esto, no han logrado llevar a cabo ningún tipo de reunión, a pesar de sus reiterados intentos.

“Nosotros no pedimos una ayuda económica. Yo creo que un hijo no tiene precio. Sí pedimos que pongan especialistas al servicio de nosotros, para que se puedan hacer contramuestras. Queremos saber quién tiene algún tipo de patología dentro de la misma contaminación. Que haya especialistas, porque acá en Coronel no tenemos nada”, sentenció.

Los niños no tuvieron escapatoria. La escuela Rosa Medel fue construida en 1965. Años después, la central termoeléctrica Bocamina instaló sus torres a metros de ellos. En ese centro educativo asistían niños que fueron parte de los damnificados por la contaminación. Una vez expuesta la información a la comunidad, este perdió casi la totalidad de sus estudiantes.

Actualmente, se están construyendo lo que serán las nuevas instalaciones de la escuela para trasladarla a un lugar lejos de la empresa, por evidentes razones. Muchos vecinos del sector no corren con la misma suerte. Además de no contar con los medios económicos para trasladarse, no consideran justo irse de su hogar.

Central Termoeléctrica Bocamina
Central Termoeléctrica Bocamina de Coronel | Foto: Pía Alegría – Sala de Prensa

Consecuencias sanitarias de los metales pesados en la sangre

Para adultos y niños con metales pesados en Coronel, esta exposición se asocia a diversas enfermedades y problemas de salud. Algunos de ellos son síntomas gastrointestinales, daño neurológico como pérdida de memoria, daño a órganos vitales como riñones e hígado, anemia. En los peores casos, cáncer o problemas de desarrollo en niños.

En 2019, el médico toxicólogo y presidente del departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, Andrei Tchernitchin, declaró que el mesotelioma era un cáncer producido únicamente por el asbesto, y que las concentraciones de metales pesados eran más altas cerca de Bocamina.

Termoeléctrica Bocamina de Coronel
Termoeléctrica Bocamina de Coronel | Foto: Raphael Sierra

Ese mismo año, Interferencia reporteó sobre el presente de los niños con metales pesados en Coronel. Uno de los insólitos descubrimientos fue la existencia de sorprendentes y negligentes folletos en el hospital de la comuna.

Tras conocerse el daño toxicológico a los niños, las nutricionistas Claudia Valencia y Carla Zúñiga firmaron la recomendación de consumir verduras para eliminar la exposición de años a metales pesados. Tratamientos alternativos en vez de afrontar el problema.

La Universidad Católica de la Santísima Concepción compartió cuatro estudios y una tesis sobre la presencia, concentración y necesidad de tratar las zonas afectadas con metales pesados en Coronel. Como el estudio que confirma presencia de elementos tóxicos en patios escolares y la identificación de níquel, cobre, cromo, zinc y arsénico en viviendas. Problemas estructurales que no se van con verduras.

Cuando se trata zonas de sacrificio, ya sea Coronel, Quintero, Puchuncaví, Mejillones, Tocopilla o Huasco, no podemos ignorar que se están protegiendo empresas por sobre la vida de los niños.

El beneficio económico para el país no vale la pena si se sacrifica la vida de comunidades que no reciben ningún beneficio. La deuda con los afectados no se puede pagar, pero sí se les puede asegurar por lo menos, hoy en día, salud.

Lamentablemente, los metales pesados no están presentes sólo aquí. Próximamente hablaremos sobre ellos en la península de Hualpén.