En 2017 se promulgó la Ley Cholito, que establece bases para la tenencia responsable de mascotas y animales de compañía. Es la primera normativa detallada que promueve el buen trato y sanciona el abandono y agresión hacia los animales.
A pesar del escenario prometedor, el maltrato, la crueldad y el abandono de los animales persiste y va en aumento. Según el último Censo Nacional de Mascotas, hay más de 4 millones de animales sin tutor conocido en Chile. De ellas son, aproximadamente, 3 millones de perros y 550 mil gatos.
Karen Sepúlveda, vicepresidenta del consejo regional del Colegio Médico Veterinario, comentó en entrevistas anteriores que el tema de los animales que vagan en las calles está saliendo de control y no ha sido bien abordado por las autoridades.
Escenario actual de los animales
La Región del Biobío no muestra un panorama favorecedor. En los últimos meses se han activado dos alertas graves de maltrato animal: en Curanilahue encontraron más de 20 perros baleados, como también en Los Ángeles y Yumbel, donde se han denunciado muertes masivas de perros envenenados.

Venusik Tello, representante de APAC Coronel, organización sin fines de lucro que se especializa en el rescate animal, habló con Sala de Prensa.
“En Chile hay un aumento sostenido del maltrato y abandono de animales, y lo más preocupante es que esta crisis se ha vuelto silenciosa y normalizada. Esto no solo refleja negligencia, sino una falla estructural en educación, fiscalización y cultura ciudadana. En muchas comunas, como Coronel, esta realidad se vive con especial crudeza: animales atropellados, reproducción descontrolada y múltiples perras paridas con camadas y enfermedades contagiosas”, expresó Tello.
Frente a este aumento de abandonos por maltrato o problemas económicos de los dueños, los refugios y organizaciones animalistas han mostrado alertas en sus albergues. Este es el caso de la ONG COAAMA, la Corporación de Ayuda a los Animales y el Medio Ambiente de Concepción. Cuentan con más de 70 perros esperando adopción, donde los costos son cada vez más altos. Solo en alimento son alrededor de dos millones mensuales, sin contar las operaciones, mantenimiento del lugar y medicinas. Y no son solo ellos, varias organizaciones ya están superando su capacidad sin ver señales de adopciones y manteniendo los altos costos que enfrentan a base de solo donaciones.
Las voces de auxilio de las corporaciones animalistas
COAAMA es una organización de Concepción que funciona a través de voluntarios y padrinos quienes donan dinero mensualmente. Por otra parte, también se financian a través de diferentes eventos a los cuales asisten.
Con más de 70 perros, se organizan para el cuidado y rehabilitación de ellos, además de la alimentación, atención veterinaria y medicamentos. Es por ello que las donaciones son de gran valor para la corporación.
“Efectivamente, creemos que existe una crisis silenciosa, ya que cada año se mantienen/aumentan los casos de abandono y maltrato, pero las corporaciones sin fines de lucro seguimos funcionando sin apoyo externo, dependiendo únicamente de donaciones y voluntariado”, comentó Catalina Peña, representante de COAAMA.

Además, afirmó que “la capacidad de los albergues está colapsada”. En paralelo, Venusik Tello de APAC Coronel destacó que el escenario actual de los animales en la región se manifiesta de manera distinta en cada territorio. En Concepción se observó un aumento de casos de dermatitis alérgica en perros y gatos que no reciben desparasitación externa regular. Esto se considera una negligencia sanitaria; no solo afecta a los animales, también a las personas por el brote de alergias en niños y adultos. Por otra parte, en Coronel se han reportado numerosos casos de sarna, enfermedad que deteriora profundamente la calidad de vida del animal.
Así en cada localidad de la provincia y región, los animales presentan diversas crisis multifactoriales. Por eso, Venusik Tello especificó que “no basta con alimentar o dar cariño; cuidar implica prevenir, tratar y entender que el bienestar animal está íntimamente ligado al bienestar humano. Esta crisis exige más que buenas intenciones: requiere articulación, formación técnica y voluntad política para que el cuidado de los animales deje de ser una carga voluntaria y se convierta en una responsabilidad compartida”.
Soluciones e ideas para un futuro prometedor de los animales
En 2024, se registraron tres centros veterinarios y cuatro clínicas veterinarias de carácter municipal en la Región del Biobío. La diferencia entre ellos radica en que los centros veterinarios no realizan consultas médicas para mascotas a comparación de las clínicas. Su función específica es evitar la sobrepoblación de perros y gatos, prevenir la transmisión de enfermedades zoonóticas (de mascotas a personas) e informar a la comunidad.
Este es el caso de los centros de Concepción, Los Ángeles y San Pedro de la Paz. Acerca de esta temática, el alcalde de San Pedro, Juan Spoerer destacó que no cuentan con un refugio municipal. “Nosotros hemos tomado la decisión de apoyar fuertemente este proceso aumentando la cantidad de atención de nuestras clínicas móviles, pero al mismo tiempo profundizando el programa para una clínica veterinaria municipal. El proyecto se está diseñando para, a la brevedad, poder gestionar los recursos para su ejecución; además de la ampliación, también se suman posibles refugios para contar con este servicio a la brevedad”, comentó.

Actualmente, existen diversas medidas preventivas y reguladoras para la protección animal con la “Ley Cholito”. No obstante, el panorama sigue impreciso. Acerca de esto, Catalina Peña destacó “que la responsabilidad es compartida. El estado y los municipios deben liderar y garantizar que existan programas permanentes de rescate, esterilización y adopción. (…) Las corporaciones sin fines de lucro como la nuestra cumplen un rol fundamental, pero no podemos reemplazar a las instituciones públicas”.
Y acerca de la misma “Ley Cholito”, este año se aprobó la “Ley No me abandones” que busca aumentar la pena de cárcel para aquellos que abandonen a sus mascotas, crear un registro nacional de condenados y aumentar la participación de municipalidades en rehabilitación y adopción. Esto significa más medidas para la protección animal. Parecer ser que no es suficiente. Aunque los refugios municipales son una solución tentadora, para las oenegés esto puede traer las famosas perreras conocidas por su inefectividad.
Los refugios pueden ser útiles como espacios temporales de atención veterinaria, recuperación y adopción responsable. Es una opción atractiva, pues significa un rol desde las autoridades en una planificación y cobertura mayor a la que tienen las corporaciones. Pero esto no logrará nada si no existe conciencia sobre tenencia responsable. “De hecho, en comunas donde no hay conciencia sobre la tenencia responsable, es común que los animales sean abandonados por razones como mudanzas, embarazos, peleas entre mascotas o incluso por enfermedades tratables. Y mientras no se modifique esa mentalidad, más refugios solo significarán más animales acumulados, no menos abandono”, destacó Tello.
Por último, recuerdan que la comunidad tiene un rol clave en la denuncia, respeto y prevención del abandono. La adopción y difusión para darle techo a las decenas de animales que esperan un hogar es tarea comunitaria.