Un hito en la educación especial es lo que marcaron los apoderados del colegio Chile España de Pedro de Valdivia, en Concepción.
Esto porque la Seremi de Educación reconoció como edad de egreso a dichos estudiantes los 26 años. Así, se da pie atrás a la decisión ministerial de egresar a los estudiantes cuando cumplan entre cuatro a seis años de educación; es decir, si entraron a los 18, saldrían a los 24 obligatoriamente, sin que esto acredite su correcta inserción social y laboral.
La cruzada de los padres y madres es noble y justa. El “egreso anticipado” de los alumnos llegó hasta el Instituto Nacional de Derechos Humanos, que tomó conocimiento de la situación y ofició a la Seremi.
Este 12 de noviembre se emitió el oficio definitivo. La misiva está dirigida a todos los directores de escuelas especiales diferencias del Biobío, como el colegio Chile España. En ella, se recalcó lo que los apoderados decían.
Mineduc reconoció 26 años como edad máxima de educación especial
“El Ministerio de Educación reconocerá como la edad máxima de permanencia en la Educación Especial Diferencial los veintiséis años cumplidos durante el año lectivo correspondiente”. Categórica definición.
Sumado a esto, “aquellos estudiantes que alcancen los objetivos para el Nivel Laboral antes de cumplir la edad máxima de 26 años,
según lo estipulado en la normativa, podrán egresar del sistema”. Si cumplen antes, salen antes. Si no, a los 26.
Para el caso contrario, “cuando los estudiantes no han alcanzado los objetivos de aprendizaje definidos para el Nivel Laboral, y bajo informes técnicos pedagógicos debidamente fundados, será facultad del equipo directivo del establecimiento educacional determinar la permanencia de un estudiante considerando la edad máxima de 26 años”. Así, dependerá de quienes trabajan diariamente con el estudiante, y entienden y acompañan sus procesos.
“De esta forma, se busca garantizar una trayectoria educativa pertinente y con sentido formativo, respetando los límites normativos vigentes y el propósito esencial del nivel laboral: el desarrollo de habilidades que permitan a los estudiantes alcanzar una inserción sociolaboral efectiva y significativa”, cerró el oficio firmado por Carlos Benedetti, seremi de Educación del Biobío.
En Sala de Prensa conversamos con las apoderadas que lideró este clamor de justicia.
Apoderadas del colegio Chile España agradecen medida y buscarán mejorar calidad de educación de sus hijos
“En parte ganamos, pero no sé qué tanto ganamos porque esto se recuperó. Ya se hacía hace 30 años”, señaló Bianca Pavón. “Cuando el estudiante no tenía sus competencias logradas, volvía nuevamente hasta los 26 años”. Esto es lo que la legislación indica, pero se desconocía desde la administración escolar. Era “algo que se tenía como un derecho adquirido”.
Como parte de las lecciones de esta batalla jurídica por la educación, considera clave “preparar como escuela a los papás” para cuando sus hijos egresen a lo 26 años. “Hay que hacerles una transición a los papás, no solo a los estudiantes”, comentó.
Respecto al sistema, es clave “destinar más presupuesto a escuelas especiales porque no tenemos la ley SEP (de subvención escolar)”, lo que ayudaría a “renovar los talleres que tenemos. Algo primordial sería trabajar intersectorialmente”, complementó. Y es que la finalidad de los colegios de educación especial es insertar social y laboralmente a los jóvenes en materias de lo más variadas.
“Hay que hacer un lazo entre el Servicio Nacional de Discapacidad, la Seremi del trabajo y el Gobierno Regional. En su momento, se le dijo al gobernador Rodrigo Díaz que se encargara de eso cuando estaba próximo a salir. Ahora estamos en las mismas”, lamentó.
Lidia Suazo, por su parte, aseguró que este reconocimiento “es clave para garantizar una trayectoria académica adecuada para estos alumnos, tal como se venía desarrollando hace cerca de 30 años”. La apoderada recalcó que este “es un primer paso en materia de inclusión”.
“Nuestro siguiente paso es buscar mejoras respecto a los talleres laborales y que estos se modernicen y adapten al contexto actual”. De este modo, buscan la inserción laboral “sea una genuina posibilidad para nuestros hijos. Tecnología, computación o idiomas, son ámbitos que se deben incorporar al currículo. Para ello, es clave inyectar más recursos a la educación especial e incentivar un trabajo aunado y transversal entre Ministerio de Educación, del Trabajo y Desarrollo Social”, cerró.

