Cuando hablamos de arqueología, probablemente muchos piensen en Egipto, Grecia u otra nación europea. Sin embargo, el continente americano y, especialmente, países como Perú o Chile tienen mucho que ofrecer.
Sólo en la costa de la Región del Biobío se estima que hay no menos de 40 sitios descubiertos. Con este primer reportaje del proyecto ganador del Fondo de Medios 2025 llamado “Sitios“, empezaremos a recorrer algunos de estos lugares.

Sitio Bellavista 1
Comenzamos con el sitio de Bellavista 1, prospectado por la gran arqueóloga Zulema Seguel. Esta profesional fue traída desde Francia por el rector de la U. de Concepción Ignacio González Ginouvés para que fundara el Instituto de Antropología, cuestión que Seguel concretó.
Entre los años 1965 a 1975, Seguel y un grupo de alumnos se dedicó a recorrer las costas del Biobío prospectando estos sitios y concretando hallazgos que son la base hoy de cualquier investigación que se quiera abordar en la zona.

Uno de los primeros sitios que visitó fue Bellavista 1. Por mandato del Consejo de Monumentos Nacionales no daremos a conocer la ubicación de este lugar. El objetivo es evitar a los saqueadores de siempre.
Sólo diremos que Bellavista 1 está ubicado en las inmediaciones de la rivera del río Andalién. El lugar fue escogido por los primeros habitantes de este territorio precisamente por su cercanía con el agua, pero a la vez en una pequeña meseta. Es decir, había que estar cerca del agua, pero no tanto como para sufrir inundaciones.
En las excavaciones que hizo Zulema Seguel en la costa del Biobío encontró 21 cuerpos. Muchos de ellos permanecen en la Universidad de Chile a la espera de que a través de un proyecto puedan ser devueltos al Biobío como era de hecho su voluntad
Hoy, Bellavista 1 está escondido. Pese a ello, ha sucumbido al vandalismo, que lo ha excavado sin ninguna piedad. El asesor de Sitios es el arqueólogo Pedro Andrade. Junto a él recorremos este lugar.
“Este sitio se articula con otros que probablemente vamos a visitar a través del río Andalién y que llegan hasta Penco. Son cerca de 20 que están articulados con Bellavista y este probablemente fue uno de los principales”, señaló.

Con respecto a los cuerpos rescatados, Andrade señaló que los más de 20 individuos estaban “enterrados con esqueletos de pescados completos, colgantes o adornos pectorales de piedra y hueso; puntas de proyectil con el borde aserrado que se llaman puntas talcahuanenses y este sitio de cierta forma. Si bien no es el más antiguo ni más grande de la provincia de Concepción, es uno de los más emblemáticos porque ayudó a definir la cronología de la gente que vivía acá”.
Sitio Rocoto o Península de Hualpén
Habíamos oído hablar del sitio de Rocoto, pero no teníamos muchos datos. Por eso tal vez nos sorprendimos tanto. Después de tener la autorización del Parque Pedro del Río Zañartu este equipo de Sala de Prensa ingresó al recinto con la idea de encontrar Rocoto.
Primero lo intentamos solos, pero los datos con los que contábamos aparentemente estaban ya desfasados. Finalmente, un guardia del parque nos conduce a lo que él cree era el sitio y nos sorprendemos por la magnitud. Es una montaña, un conchal gigantesco, lo que da cuenta de lo intensivo que la ocupación de este sitio.
El guardia, Daniel Fuentes, conocía el sitio, pero con las afirmaciones de nuestro arqueólogo finalmente se sorprendió. “Tengo 59 años y desde que nací acá tengo el conocimiento de este conchal. Tampoco conocía con su magnitud. Mi compañero encontró unas puntas de flechas arriba y creo que están en la casa museo”, nos afirma.
Pedro encuentra en el lugar algunas de las piedras que utilizaban estas personas para fabricar sus herramientas o adornos pectorales por ejemplo. “Esta es una piedra que se llama esquisto, es blanda y es bien dúctil. Tú le puedes pegar y se rompe fácilmente. Se pueden hacer colgantes, pero no es tan buena para hacer proyectiles porque se rompe con facilidad”.

Sitio conchal de Darwin perdido en el tiempo
El año 1835, el naturalista inglés Charles Darwin pasó por la región del Biobío. Acá, pudo ser testigo del gran terremoto de Concepción. Describió el movimiento telúrico, sus consecuencias y la resiliencia de los habitantes de esta parte del país. También, recorrió los cerros de Talcahuano e hizo el hallazgo de algunos sitios.
Con nuestro equipo partimos en su búsqueda. Uno estaba cerca de la avenida Tumbes, pero, claro. Buscamos, conversamos con vecinos y suponemos que los sitios quedaron atrapados bajo la densidad habitacional. Con seguridad, el sitio se perdió para siempre.

Terminamos este reportaje con una reflexión que nos parece fundamental. Cuando hablamos de los primeros hombres y mujeres que pisaron esta tierra, ¿De qué hablamos?
Hay una vieja creencia que queremos abordar con el arqueólogo. Aquella que refiere que estas personas eran especie de “cavernícolas”, es decir, personas sin inteligencia.

“Tenían sus rituales, tenían sus relaciones sociales, tallaban; probablemente pasaban mucho tiempo en la costa, a la orilla de la playa o moviéndose entre los cerros. Al otro lado de este cerro esta Chome, Lenga, caleta Perone y, en todos esos lugares, tenemos sitios arqueológicos”.
“Lo más probable es que se movieran constantemente de un lugar a otro. Eso no significa que sean sociedades simples porque no tienen estado, no tienen diferencias sociales, pero tienen líderes basados probablemente en el prestigio, en los años o en la fuerza. Nunca las relaciones humanas son simples. No hay que sobresimplificar (sic) a esta gente de que son simplemente cazadores, recolectores, animalezcos, tarzanezcos”.
“Uno se hace la pregunta desde la arqueología ¿Qué tan tonto tendría que ser alguien para poder sobrevivir acá? Yo creo que ni tú ni yo seríamos capaces de sobrevivir hace 3 mil años. Ahí ellos se reirían de nosotros y dirían los tipos tontos”, concluyó.
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