En Concepción hay lugares que son fácilmente reconocibles y otros que están un poquito más escondidos, el capítulo de Sobrevivientes de hoy está más bien oculto. Sin embargo, quienes conocen su historia no tienen ninguna dificultad en encontrarlo.
Se trata de la Sociedad Empleados de Comercio de Concepción. Para llegar a este recinto debes atravesar, lo que para algunos pudiera ser la galería O’Higgins de Concepción, aquella donde residen los ya también tradicionales night clubs.

Sociedad Empleados de Comercio de Concepción, una institución centenaria
La galería O’Higgins está a una cuadra de la Plaza Independencia de Concepción. Ojo, no hay que confundir la Sociedad Empleados de Comercio de Concepción con la Cámara de Comercio Detallista y Turismo de Concepción.
La que visitamos hoy es una Sociedad que nace en 1905. Es decir, ya es una institución centenaria.
Como decíamos, para llegar hay que atravesar la galería donde abundan los clásicos “café con piernas” penquistas. En un rincón, aparece frente a nosotros un letrero y una escalera que nos conduce, finalmente, a un restaurante o, en realidad, un casino.
Este lugar está concesionado, al igual que la Sociedad Lorenzo Arenas. Y tal como en ese histórico centro, aquí sirven sólo comida casera.
Su administradora hoy es Marian Paillama, quien nos afirma que aquí, “viene mucha familia y los socios de la sociedad de comercio y también del servicio público, viene harta gente. Hoy tenemos pollo al jugo, guatitas a la jardinera, lentejas”, relata mientras no para de atender a los parroquianos, que la saludan como si fuera parte de su propia familia.
El restaurante-casino estuvo largo tiempo cerrado. Hace pocas semanas, volvió en gloria y majestad para el gusto de los clientes.

Los clientes: “Somos penquistas”
Oscar Concha es una persona mayor, la vemos disfrutando un tremendo plato de puré con carne mechada, ¿Cómo está le preguntamos? “exquisita, incluida la atención que es muy buena. Venimos porque nos gusta, somos penquistas”, afirma con orgullo. Su hermano Samuel sentado frente a él opina lo mismo, “veníamos antes con el antiguo concesionario, después estuvo cerrado por reparación y hemos vuelto”.
¿Qué es lo que más le gusta de la comida?
“Todo”, responde con una sonrisa que no se puede borrar de su rostro.

En este lugar la ambientación es más bien sencilla. Claramente, no es lo más importante. Aquí, la protagonista es la comida casera y la atención personalizada.
Sebastián Venegas es garzón hace más de 9 años en este casino. Le preguntamos por el público, “normalmente, son personas aledañas a los trabajos Concepción o de los contribuyentes (SII) y correos. La familia viene a comer aquí porque la comida es casera, antigua. Aquí no servimos hamburguesas, sí porotos con riendas que van acompañados de longanizas, con huevo, asado a la olla. Guatitas a la jardinera es un plato muy típico de esta zona también”, añadió.

Nora Inostroza es una de las mujeres que está detrás de la cocina. Lleva 14 años trabajando en este lugar. “Aquí vienen a comer comida, guatitas, pollo asado, cazuela, albóndigas, asado alemán, croquetas de jurel. El público es como fijo. Ellos vienen la primera vez y siguen volviendo. Yo conozco gente de cuando recién empecé acá”, concluye.

La cancha de Bowling de Concepción, el secreto mejor guardado de la Sociedad Empleados de Comercio
Pero el secreto mejor guardado del Sobreviviente de hoy no es la comida de este casino. Es otro, y lo vamos a descubrir. Hacía algún tiempo nos habían contado que escondido en el centro de Concepción estaba la primera cancha de Bowling.
Juan Carlos Quezada es encargado de deportes de la Sociedad Empleados de Comercio y tuvo la gentileza de recibirnos. De entrada, le preguntamos sobre este secreto.
“El secreto son las canchas de Bowling que la ciudad de Concepción realmente no conoce. Lo que pasa es que el Bowling es una parte de la familia que solamente pueden jugar los socios y, naturalmente, a un socio puede acompañarlo un amigo”, indicó.

Le pedimos que nos muestre las canchas y accede. La verdad, no esperábamos en medio de estas añosas construcciones encontrarnos con estas joyas, porque las canchas que mantiene esta sociedad son realmente unas joyas.
“Nosotros adquirimos las dos mesas de las canchas que tenía el mall y las instalamos sobre las nuestras. Es una joya, que la disfrutamos todos los socios”, sentenció.



