En nuestro segundo capítulo de Sitios visitaremos la comuna de Arauco. Seguimos la senda de Zulema Seguel y otros grandes arqueólogos, quienes estuvieron recorriendo la costa del Biobío en la búsqueda de las huellas de los primeros habitantes de estos territorios.
Pero, primero un aperitivo arqueológico.
Museo de Arauco, un espacio de “resistencia”
Para efectos de investigación, visitamos el casi desconocido Museo de Arauco. El día en que se grabó este capítulo fue feriado, pero abrieron exclusivamente para nosotros.
Aquí encontramos de todo. Desde estructuras del fuerte español de Arauco hasta artefactos de la época que estamos investigando, como puntas de proyectil y múltiples muestras de cerámica.

Hablamos con Eduardo Torres, director del museo. “Arauco aparece en muchos textos históricos. Para el discurso, la sangre mapuche, los araucanos, pero realmente aquí en nuestra localidad es poco el realce que se la da al ser araucano. Por ello es que durante mucho tiempo estuvimos abocados a esto“, destacó.
“Tenemos mucha gente que nos colabora. Este museo está hecho en base a la gente, a la comunidad y ojalá que vaya creciendo y sea un aporte al conocimiento de la historia”, aseveró.
A su lado está Juan Puentes. Él se encarga del museo y conoce todos sus rincones, piezas y secretos. Le preguntamos sobre su mayor tesoro, a lo que responde que es la colección arqueológica local.
“El principal realce del museo es rescatar la historia y lo material de la comuna. Se le ha hecho mayor realce al fuerte de Arauco porque cuando el museo se abrió eran muy pocos los restos del fuerte que había. Con el tiempo, hemos salido a rescatar o la gente nos avisa de hallazgos y nosotros hacemos el trabajo de rescatarlas”, indicó.

El arqueólogo asesor de Sitios, Pedro Andrade, no conocía este lugar. “Uno se sorprende de museos de localidades porque uno no sabe que esperar, pero en este caso hay un esfuerzo importante de tener piezas que muestran una pincelada de una rica historia de Arauco“, valoró.
“Finalmente uno podría decir que, desde el punto de vista patrimonial, estos lugares también se han transformado en un espacio de resistencia frente al avance de la modernidad y que permite que la comunidad vuelva a sus raíces y a conocerse a sí misma“, afirmó.
Tubul 1 sepultado por el avance de las viviendas
Dejamos atrás el museo de Arauco para seguir la ruta de los Sitios. Nuestra segunda parada es el pueblo de Tubul. La localidad pertenece a Arauco, y se encuentra a unos 18 kilómetros al poniente del centro urbano.
Actualmente, es una caleta pesquera reconocida regionalmente. En términos históricos, no dista mucho de las actividades que realizaron los pobladores de la zona hace tres o cuatro mil años.
Junto a Pedro Andrade rebuscamos el sitio denominado Tubul 1, descubierto por la destacada Zulema Seguel. Lo llamativo de este sitio está enterrado. Literalmente, puesto que se registró un cuerpo enterrado de forma vertical, algo extrañísimo y misterioso.
¿Fue un castigo? ¿Un homenaje? Nadie sabe, pero el cuerpo de esta persona tenía dos pipas, una lítica (piedra) y otra cerámica, ambas en su cabeza.


En el terreno buscamos la cuadrícula de excavación de Seguel, pero después de haber recorrido varias veces el lugar, creemos haberla encontrado, pero bajo unas viviendas que se instalaron sobre el sitio.
“Este sector es muy barroso, debe haber sido una pequeña laguna, el terreno sube y se eleva y probablemente todo este montículo sea el conchal. Yo creo que fue ocupado por las casas”, afirmó en terreno Andrade.

Este tema, de la ocupación del conchal por otros pescadores, no es tan inusual. De hecho, los pescadores por una cuestión natural tienden a ocupar los mismos lugares de sus antepasados. Desde esa perspectiva, el tema no sería, por lo tanto, tan reprochable.
Estas personas eran “altamente especializadas”
María José Carrillo es tesista de arqueología de la Universidad de Tarapacá. Con ella abordamos el tema de cómo eran estas personas que estamos estudiando.
“Eran altamente especializados en recursos marinos o en la subsistencia obtenida a través de recursos del mar. En todos estos lugares, más del 70% podría decir yo, tienen relación con el mar”, sostuvo.
“Por lo tanto, podemos hablar de una conformación y una identidad ligada a la alimentación marina. También, hay en estos sitios fúnebres ajuares que tienen ofrendas marinas” agregó, por lo que “se puede concluir que en esta concepción de la muerte que tienen creada hay claramente una idea de trascendencia”.
“El ajuar no era de cualquier cosa. Estaba ligada a la vida de estos cazadores recolectores. Además, tenían una concepción de familia; son cuerpos agrupados, juntos. Así pasa en el sitio playa, 9 donde hay infantes. Donde hay infantes, hay familias, que considera preservar ese cuerpo donde haya presencia del grupo humano”, añadió.

Después de no poder visualizar con detalles la cuadrícula de Tubul 1, decidimos subir a los cerros en la búsqueda de un sitio alfarero reportado hace algunos años. Después de una larga caminata y de disfrutar de vistas excepcionales de la bahía de Arauco encontramos lo que pareciera ser el sitio.

“La gente desde acá tiene una visión completa del bajo. Entonces, estos sitios se ocupan como sectores habitacionales y también como avistaderos. Lo más probable es que haya sitios más grandes más arriba”, explicó Andrade.
“De hecho, hay reportes de sitios más arriba que nos habla que puede haber un circuito de movilidad ligado a la extracción del mar, donde los mariscos se puedan estar desconchando abajo y trasladando los alimentos más procesados”.
El Visal, el gran sitio de la provincia de Arauco
Retornamos desde Tubul con destino a Arauco para visitar el sitio denominado El Visal. A orillas del camino y de forma totalmente visible, apreciamos sitios de los antiguos araucanos de hace milenios.
Revisando uno de ellos, Pedro encuentra una piedra que servía como pigmento para pintar vasijas o los cuerpos de las personas. “Es como tempera seca, entonces lo ocupaban lo más probable para pintura corporal, para decorar vasijas”, complementó.

Pero el gran regalo es el Visal. Así se conoce a este sitio, ubicado al interior de un recinto privado. Afortunadamente, nos autorizan a registrar.
Al llegar, notamos de inmediato el tamaño del sitio. Cerca de cuatro metros y medio de conchal demuestran una ocupación intensiva por los pioneros del sur del mundo.

“Si tú te fijas, hay ocupaciones discontinuas. Abajo tenemos ocupaciones muy densas. Pero si te fijas más arriba, se pierde entre medio la concha y después vuelve a aparecer con mucha fuerza. Estos espacios vacíos que quedan en medio, probablemente, nos hablan de momentos de desocupación o una baja densidad poblacional”, expuso Andrade.
“Este sitio tiene 3.700 años y arriba hay cerámica, entonces lo ideal sería fecharlo completo y esa pega no está hecha. Eso nos habla de una falta de investigación sistemática en esta zona que no se ha hecho desde finales de los 90′, que obviamente nos permitiría hacernos nuevas preguntas”, cerró.


