Investigada por el mal uso de licencias médicas, Fiona Bonati, cuñada del presidente Gabriel Boric, dejó su trabajo en el Gobierno de Chile.
En la Cuenta Pública del pasado 1 de junio, el presidente de la República, Gabriel Boric, declaró que “toda persona que haya hecho mal uso del derecho a la licencia debe asumir su responsabilidad y quedar sujeto a sumario administrativo, incluso si posteriormente renuncia”.
Ni dejó Valparaíso y ya se difundió que su cuñada, Fiona Bonati, cayó en lo mismo que reclamó efusivamente. Bonati, periodista en la Secretaría General de Gobierno y esposa de Simón Boric, viajó fuera del país en ese contexto acorde a Biobío.
Supuestamente, el viaje tomó lugar mientras estaba con licencia médica para cuidar la alergia alimentaria de uno de sus hijos, tras terminarse su post-natal. Apenas se supo que su nombre estaba en la lista de Contraloría de 25 mil funcionarios que habrían mal utilizado licencias médicas, presentó su “indeclinable” renuncia a su puesto periodístico ministerial.
Nacida en 1989, Fiona Bonati es de Las Condes, región Metropolitana. Se tituló como periodista y trabajó, antes de la Segegob, en el Ministerio de Educación. Para su último trabajo, entró en 2020 en plena administración del presidente Sebastián Piñera.
El 24 de enero de 2025 contrajo matrimonio con Simón Boric, hermano del mandatario. Incluso hasta posaron juntos para la foto, con el cuadro presidencial de las oficinas estatales de fondo. Como la película Inception.

Según el último reporte de la Secretaría de Comunicaciones, Bonati percibía un sueldo bruto de $4.046.698 para realizar “monitoreo de prensa para redacción de informes y minutas”, conocido como clipping en la jerga periodística. Yo hice la misma pega para un trabajo de la universidad el año pasado y no me pagaron nada.
El caso de Fiona Bonati no es el único
Un informe de Contraloría reventó la olla a presión días atrás. Más de 25 mil de funcionarios estatales y municipales utilizaban, fraudulenta o al menos irregularmente, licencias médicas para fines que estimaban convenientes.
Si bien hay casos y casos, como todo en la vida, el repudio ha sido transversal. En Puerto Montt, por ejemplo, un funcionario ejemplar faltó 400 veces a la pega y salió de Chile otras 20 veces. A la hora que yo me pego la falla 400 veces, olvídense de mí.
La política nacional tampoco se salvó de la camionada. Eduardo Espinoza, alcalde de Macul, se mandó a cambiar a Arica y Tacna en plena licencia en 2024, cuando no era alcalde todavía pero trabajaba en la municipalidad. ¿Cómo le fue? Su tienda, el Partido Republicano, le suspendió la militancia, comentamos en Sala de Prensa hace unos días.