Dos destacados académicos de la UCSC colaboraron en importante proyecto científico para dilucidar el origen del universo desde Chile.
Los doctores Ricardo Bustos y Silvia Restrepo, de la facultad de Ingeniería, viajaron hasta los Estados Unidos para presentar el proyecto MIST, Mapper of the IGM Spin Temperature. Dicha iniciativa busca detectar señales de la creación del cosmos desde instalaciones de nuestro país por medio de un radiotelescopio portátil.
El objetivo es encontrar una señal de 21 centímetros de hidrógeno generada en el inicio del tiempo mismo. Este remanente químico sólo se ha detectado una vez, por lo que el MIST espera romper con este desafío científico de forma eficiente y accesible.
Los investigadores expusieron los avances de su proyecto en el Instituto de Tecnología de California. La profesora Restrepo presentó un póster sobre las mediciones del MIST en Concepción, trabajo originado en la tesis de la ingeniera eléctrica Cinthia Altamirano, autora de un paper derivado del proyecto.
Además de presentar el proyecto penquista, los académicos de la UCSC compartieron con especialistas en instrumentación astronómica, visitaron las instalaciones de la NASA en California, se reunieron con expertos en inteligencia artificial y visitaron la Universidad de Princeton.
Este punto es particularmente remarcable, ya que la alianza universitaria con el Simons Observatory ha sido clave para las investigaciones de la UCSC. En específico, la casa de estudios penquista analiza la calidad atmosférica de los cielos del norte de Chile, para así mejorar las capacidades de los radiotelescopios en el llano de Chajnantor, comuna de San Pedro de Atacama.
Las particularidades del proyecto MIST de la UCSC
Pues bien, imagino que con la descripción previa no quedan dudas: MIST es innovación y desarrollo. En ese sentido, se le incluyó en la prestigiosa revista Physics World como ejemplo de iniciativa científica emergente en su área.
Para el equipo esto no es casual. La mención refleja el interés creciente de la ciencia mundial en los resultados que pueden obtener. Como dijimos antes, es una misión compleja encontrar esa señal nacida en los albores del cosmos.
La metodología del MIST es diferenciadora con otras iniciativas y eso la hace compleja. A diferencia de otros radiotelescopios, este no tiene un plano de tierra metálico. Por lo mismo, la señal de la antena se ve afectada por las características conductivas del suelo. Si le pusieran el plano metálico sería estable, pero quitárselo aumenta las posibilidades de encontrar algo.
Sumado a ello, su naturaleza portátil permite tomar el telescopio y moverlo a lugares tan lejanos como Concepción, el Ártico canadiense o el desierto de Estados Unidos. Dicha movilidad permitirá instalarlo en condiciones óptimas de suelos potentes y conductores de señal.
En vista al futuro, nuevos análisis se avistan. Un quinto paper científico del MIST está en preparación, con lo que seguirá insertándose en los entornos especializados como un real aporte al conocimiento.

