Contraloría detectó graves falencias en control interno de armas en Carabineros

Armas Carabineros Contraloría
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Contraloría detectó profundas irregularidades en procedimientos del OS11 de Carabineros relativos a control de propiedad de armas inscritas.

Según el informe especial del ente fiscalizador, grandes falencias se registraron en el OS11, equipo policial responsable de la seguridad particular, armas y explosivos. Para entendernos mejor, las irregularidades se dividen en dos ámbitos principales, pero ambos preocupantes.

En primer lugar, se detectaron 26 personas dueñas de 37 armas cuyos titulares fueron condenados a delitos. Si bien se realizaron las inspecciones, las armas se quedaron con sus dueños o, en su defecto, Carabineros no denunció la irregularidad (los condenados por ciertos delitos no pueden volver a tener armas) a tiempo “lo que constituye un grave incumplimiento de sus obligaciones legales”.

El otro capítulo diverge en la propiedad de las armas. En 30 fiscalizaciones a armas de titulares fallecidos, no hubo ni rastro de tales armas, sea por no búsqueda, no declaración o no acreditación de la transferencia, en caso de que cambie de dueño.

Contraloría calificó el actuar del OS11 de “deficiente”

Lo grave del asunto es que el sistema interno “registraba que se habrían efectuado las denuncias correspondientes”. No obstante, la Contraloría no pudo encontrar prueba alguna de dichas denuncias. El actuar del OS11 de Carabineros es “deficiente”, según los fiscalizadores.

Se detectaron 159 reinspecciones de usuarios con condenas. Para ellos, se asociaron 223 armas a 153 personas. En esas 159 reinspecciones “no se halló en los domicilios o el arma no fue exhibida en la fiscalización, sin que la autoridad fiscalizadora realizara la correspondiente denuncia al Ministerio Público”. Tocaba denunciar, pero no ocurrió.

El plan Calles sin Violencia no se escapa. 14 casos registraron denuncias en el marco del plan, pero la fiscalización no pudo acreditar las querellas con documentos correspondientes.

Aparte de los 30 casos de armas de fallecidos mencionados anteriormente, se suman otros 46 casos de otro tono. En ellos, no se encontró a familiares del difunto dueño o la dirección no existía. Aunque esto debía denunciarse al Ministerio Público, tampoco ocurrió según Contraloría.