Este lunes 13 se cerró un taller de resina epóxica para vecinos del barrio Renacer de Rayenantú, de la comuna de Santa Juana.
Los 20 miembros de la comunidad se dieron cita en la conclusión de la instancia, desarrollada por el programa Quiero Mi Barrio, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto a la municipalidad local. En este taller, se entregó herramientas y conocimientos para los pobladores. Así, se busca fomentar el futuro emprendimiento y fortalecer el sentido de comunidad.
Durante cuatro sesiones en agosto y septiembre, una artista plástica enseñó técnicas de preparación y manipulación de la resina. Además, se especializó en acabados y métodos de difusión de los productos en redes sociales. La idea del taller no es espontánea: responde a las inquietudes de los mismos vecinos que quieren a su barrio.
Autoridades locales y de Vivienda estuvieron en la ceremonia de cierre. Carolina Toro, secretaria técnica regional de Quiero Mi Barrio, destacó la finalidad del taller. “Buscamos que los vecinos puedan reunirse en torno a un espacio de encuentro, pero también que aprendan un oficio que les permita emprender y atreverse a generar nuevos ingresos”, dijo.
Por cierto, la creación de estos productos puede canalizarse a las capacidades turísticas de Santa Juana. “Es una comuna con muchas ferias costumbristas, y este aprendizaje abre la posibilidad de que las y los participantes comercialicen sus productos. También destacamos la diversidad del grupo, con participación masculina activa, lo que enriqueció mucho el proceso”, agregó.
Ángel Castro, alcalde de Santa Juana, resaltó que “no se había realizado algo así en la comuna y vino a potenciar la creatividad y el desarrollo personal de los vecinos. Este tipo de capacitaciones no solo abre puertas al emprendimiento, sino que también fortalece nuestra identidad local”, agregó.
Taller de resina epóxica en Santa Juana genera “bienestar y esperanza”
Los propios participantes del taller apreciaron que se haya dado. Eduardo Zenteno, por ejemplo, consideró el curso como “excelente, porque potencia al máximo la creatividad. Yo trabajo con madera nativa, así que el taller me vino como anillo al dedo”.
Gloria Aravena, en tanto, destacó que “fue muy entretenido. Aprendí algo nuevo y ya estoy aplicándolo en trabajos que me encargaron. Además, compartimos con otros vecinos y eso lo hizo aún mejor”, sumó.
Haroldo Mardones, presidente del Consejo Vecinal de Desarrollo, subrayó algo que mencionamos antes: la espontaneidad. “Este taller salió de la preocupación por innovar. Estoy seguro de que varios de los participantes podrán emprender con esta técnica”, aseveró.
Nicole Fernández, la artista plástica que impartió el taller, destacó el compromiso de los asistentes. “Desde la primera clase hubo entusiasmo genuino. Varios comentaron que el espacio les sirvió también como una forma de sanar y conectarse, lo que demuestra que estas iniciativas no solo enseñan un oficio, sino que también generan bienestar y esperanza”, valoró.
El Programa Quiero Mi Barrio concluyó en este lugar con la entrega de certificación para los asistentes. Ahora, podrán crecer como comunidad gracias a las herramientas obtenidas.