Como un ser de luz podría ser descrito Ricardo Inaiman, nombre que, recientemente, está en el ojo del huracán.
Esto por el reportaje del departamento de Prensa de Chilevisión que, en la noche del 3 de septiembre, reveló la identidad de atacantes anónimos de ultraderecha en la red social de Elon Musk, X.
En dicha red, cientos, sino miles, de adherentes de candidaturas de todo el espectro político se unen y pelean para decir estupideces, tonteras y hasta chistes entre ellos. No obstante, pocos han alcanzado las métricas y la brutalidad de Ricardo Inaiman.
Bajo el seudónimo virtual de Neuroc y el @JackedIn, se adjudicaba el poder de criticar vulgarmente a todo lo que fuera en su contra. Izquierda, derecha, embarazadas, periodistas y un sinfín de objetivos. El reportaje de Chilevisión le puso rostro a una serie de estos viles individuos, incluido nuestro protagonista.
Ahora bien, entre tanto enajenado mental que pulula en entornos virtuales, Ricardo Inaiman resalta. Los antecedentes demuestran que Ricardo es un hombre coherente. Si le quedaba un poco de empatía a él, con esto se le va. Atento.
En 2011, estuvo 56 días de cárcel en prisión preventiva y lo condenaron a un año de terapia obligatoria por golpear a puño limpio y patadas a su propia madre. Su odio a las mamitas no es solo con la suya propia. En su basurero digital denominado cuenta de X, atacó a la ministra Camila Vallejo por su embarazo y refería a las agresiones sexuales que sufrieron mujeres en la dictadura de Augusto Pinochet.
Cuando en Chilevisión lo enfrentaron, primero se hizo la vístima y se desentendió. Luego, mostró las garras y se amparó en la manoseada libertad de expresión.
“Vuelve a tirarme a tus animales de mierda encima y vas a saber que tanto alcance legal tengo. Si quieres una entrevista, mandame dm, yo estoy abierto a todo”, cerró amenazando al periodista de investigación, Nicolás Sepúlveda.